lunes, 31 de agosto de 2015

Vínculos

Tras algunos días de lluvia, luce el sol de forma insegura en Trondheim y me deleito con la lectura de "El Principito" (de Saint Exupèry) en el porche de casa. Un clásico que leí cuando era pequeña, pero no alcancé a comprender bien.

Hoy os comparto una reflexión que me ha parecido tan cierta como conmovedora. Aunque no es algo que sucede con frecuencia, más bien al contrario, es realmente bonito cuando alguien toma tiempo para conocerte.  Más allá de las apariencias. Sin juzgarte. Porque son personas que se albergan en el corazón siempre.

Sin más preámbulos filosóficos, he aquí el texto (capítulo XXI)

" (...)

-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?

-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?

-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?

-No -díjo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.

-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear vínculos... "

-¿Crear vínculos?

-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...




-Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
-Es posible -concedió el zorro-, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.
-¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el principito.
El zorro pareció intrigado: 

-¿En otro planeta?

-Sí.

-¿Hay cazadores en ese planeta?

-No.

-¡Qué interesante! ¿Y gallinas?

-No.

-Nada es perfecto -suspiró el zorro. 


Y después volviendo a su idea:
-Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.


El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
-Por favor... domestícame -le dijo. 

-Bien quisiera -le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.

-Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!

-¿Qué debo hacer? -preguntó el príncipito. 

-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio ún poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca.

Al día siguiente volvió el principito (...)

Podéis leer el capítulo entero pinchando aquí. Lectura muy recomendada.

Y como no podía acabar la entrada sin música, una canción, Follow me (Muse), que me pone la piel de gallina. 





¡Hasta la próxima! Feliz lunes.


lunes, 24 de agosto de 2015

Cara de guiri

Hace pocos días una amiga me dijo que vio mi foto de perfil de Whatsapp y me comentó, 

                            ¡Se te está poniendo una cara de guiri que tela, tela! 

En España, la palabra "guiri", entre otras acepciones, significa "turista extranjero" coloquialmente. El guiri de manual más exagerado está rojo como un tomate y lleva la cámara colgando del hombro. Además usa sandalias con calcetines altos y de color blanco para más inri.  Curioso que pueda parecer guiri a los ojos de otra catalana, y asimismo que para los noruegos sea diferente a ellos.

Recuerdo que cuando una de mis hermanas emigró al extranjero, al cabo de dos años en su nuevo país, pensé algo parecido. Que había cambiado. Su peinado y su vestuario eran diferentes. Pero también la manera de enfocar algunas situaciones. 

En mi caso, pienso que, aunque a mi edad es difícil cambiar, soy una persona algo diferente. La manera de vestir es el cambio más obvio a la vista. Otros menos llamativos es que, pese a ser un nervio con patas, vivo más slow down que antes. Puedo por ejemplo hacer una cola sin desesperarme mentalmente como antes. O disfrutar de una barbacoa estando a menos de quince grados, y no pensar de mí misma que se me ha ido la olla. Y gozar más aún de las pequeñas cosas de la vida es la que sin duda más me enamora.

                                     Recogiendo grosellas en el jardín

Creo que me he planteado más cosas en estos dos años que en toda mi vida. El salir de mi zona de confort me ha puesto en situaciones de todo tipo. Me ha generado un cocktail de sentimientos que nunca hubiera imaginado. Siento más intenso que antes y estoy aprendiendo a sentir con el corazón.

Conforme leo estas líneas que escribo, me doy cuenta que quizás mi amiga tiene razón. Pero, en todo caso, creo que he salido ganando con esta mezcla de catalana-trønderina. Para muestra os cuento algo que me hizo feliz este fin de semana.

Estuve trabajando el sábado bastantes horas en los cruceros del puerto de Trondheim. El año pasado lo pasé bien, pero este fue especial. La supervisora me asignó el muelle porque me dijo que podría entenderme con los autobuseros y la seguridad del puerto en noruego. Me hizo mucha ilusión.



Mi misión era indicar a los pasajeros en español y/o en catalán donde estaba su bus hacia el aeropuerto, asegurarme que entraban y, a su vez, coordinar con los conductores la salida de los autobuses en noruego. Otro rato estuve con un chico muy majo controlando que la gente que accedía al barco llevaba la tarjeta de embarque. Hablamos todo el rato en noruego.

Por último, me tocó vigilar las entradas y las salidas de la gente del muelle y aconsejar sitios bonitos de Trondheim para visitar  (aquí pude usar con placer mis lenguas madres, español y catalán)

Al final del día, en seguridad me hacían bromas medio en español, medio en noruego. Y sí lo pienso, quizás sí soy un bicho raro, pero lo soy con mucho gusto.

Hasta la próxima





lunes, 17 de agosto de 2015

Días mágicos y accidentados

Buen tiempo. Como nunca. Y eso siempre anima a hacer excursiones por la ciudad. El viernes como no había escuela me llevé a los chicos y a un amigo de tur por Sjetnemarka. Fue divertido.

                                             Storhaugen (Sjetnemarka)

Ya el sábado estuvimos haciendo ruta en familia desde Lian hasta casi llegar a Grønlia y volver. 


                                      Lian y más de veinte grados. Verano total.

Los caminos son accesibles para los pequeños, que disfrutaron del día.

                                                            
En esta zona abundan los arbustos. Y curiosamente hay zonas en que la tierra está bastante mojada. Pero solo se trata de ir mirando por dónde vas.


Hicimos barbacoa. Leímos. También encontramos multer y blåbær, pero aún les falta un punto de madurez. Creo que con el tiempo veraniego que está haciendo estos días en Trondheim, el fin de semana que viene nos pondremos tibios de frutas del bosque. 

                                              De tur con el Pato Donald

Por la noche fui a cenar con el grupo de madres internacionales de la ciudad aquí. Pasé un buen rato. Estaba todo rico y la música era en español. Salsa, bachata y Manu Chao. La única pega era que para mi gusto el servicio fue un poco lento. Aún así, tengo ganas de repetir. 

Eso sí el finde acabé en el hospital de urgencias. Tuve una reacción alérgica brutal a diversas picaduras de un mosquito en el pie izquierdo. Los tobillos me desaparecieron por completo y a medida que transcurrían las horas el dolor y la sensación de debilidad y mareo se incrementaba por momentos. Ya me había pasado en Barcelona en alguna ocasión, pero nunca aquí. Ayer me hicieron algunas pruebas y descartaron infección. Tenía un poco de fiebre. Pero al final con un antihistamínico la inflamación empezó a bajar rápido. Hoy el dolor ha amainado mucho y ni rastro de fiebre.

Por otro lado, me siento feliz porque me ha salido una sustitución hasta el verano de 2016 en el mismo instituto que el año pasado Trabajaré con un grupo de adolescentes dos días por semana. Al ser más tiempo ya he podido participar de más cosas. E incluso me han dado la agenda oficial que tienen todos los maestros. Son pequeños detalles, pero me hacen sentirme mejor.

                                                         Mi agenda escolar

Para los alumnos el curso empieza hoy, así que ya os contaré cómo ha ido mi primera semana con ellos. No será fácil, pero tengo muchas ganas.

La semana pasada me invitaron a la formación que se hace antes de empezar el curso. Fueron dos días muy intensos, especialmente porque eran muchas horas trabajando en noruego. El primer día me costaba seguir algunas explicaciones, pero el segundo día fue mucho mejor. Los dos días la escuela nos invitaba a un buffet noruego allí (pålegg, huevos duros, pastel, café, té y zumo)

El jueves organizaron una cena para todos los profesores con dos copas incluidas en Lille Skansen, un restaurante coqueto de Trondheim.  No había estado nunca. Es precioso. Y comprobé cómo se socializa en este tipo de eventos. Alguna situación fue algo sorprendente. Diferente que en Barcelona,  algún día os cuento. Pero en conjunto fue una buena noche.

También me ha llamado una alumna particular que tuve antes de verano, y ahora ya son tres los estudiantes con Spansk med Lidia. Todo se va activando.

Hasta la próxima.





lunes, 10 de agosto de 2015

Ut på tur, aldri sur

Si algo me enamora de Noruega es el amor que la gente tiene por la naturaleza. Hay una conexión muy íntima. Se va de excursión (på tur) todo el año. No importa el tiempo que haga. Lo único que cambia es el aspecto del escenario según la estación. Y siempre es bello. Mucho. Y, ¿por qué os cuento esto hoy?

Antes de las vacaciones de verano, me invitaron a comer de la asociación penitenciaria donde hice las prácticas de enero a marzo. Fue muy koselig ver a los que fueron durante tres meses mis colegas. Encargaron sushi y lo comimos juntos.  Y cuál fue la sorpresa cuando la jefa nos dio a mis dos ex-compañeros y a mí un regalo. Una toalla de playa y una taza para ir de excursión al monte. Me hizo mucha ilusión que se acordara de mí, pues ya habían pasado tres meses desde que había finalizado las prácticas. Esa taza era el preludio de que una época mas activa estaba por llegar. Y al fin ha llegado.


Al volver del verano, desorientada después de un mes en España, volví a reconectar con mi otro hogar, Noruega tras algunos días. Y qué mejor manera que yendo de excursión. Bien aconsejada, me dirigí  a Gjeitfjellet en Bymarka el miércoles pasado. Con mi knekkebrød, dos Kvikk Lunsj, agua y un chubasquero en la mochila. 




Es un tur más difícil de lo que estoy acostumbrada a hacer con los niños, pero me lo pasé genial. El ruido de las ramas, el olor a tierra mojada, el sonido del agua... Y lo mejor: la paz de estar en la naturaleza conmigo misma sin otro plan que estar allí y gozar.



Me crucé con algunos noruegos que iban caminando, otros corriendo y otros encima de la bici. Me sorprendió porque con tantas piedras tiene que ser difícil manejarla. Pero después de ver a gente corriendo sobre hielo en Trondheim,  me lo creo todo. Los noruegos son capaces de hacer cosas increíbles en la naturaleza.

Al volver vi ovejas con sus corderos paradas en medio del camino. Algunas se atrevían a bajar a la zona residencial y era divertido ver cómo comían hierba de los jardines. Son animales muy tiernos. Siempre me han gustado mucho. Tengo algunos recuerdos de infancia muy vívidos de una granja cerca del pueblo de mi padre (Villafranca del Cid) Y también recuerdo con cariño que las primeras palabras que aprendí en noruego tienen que ver con los corderos. Pinchando aquí podéis leer la historia.



Siguiendo con mi objetivo de estar más activa este verano-otoño, el viernes bajé desde Sjetnemarka en bici al centro, y luego volví (35 minutos de ida, 50 de vuelta, espero ir mejorando el tiempo que tardo con la práctica) A la ida no bajé de la bici. Al volver tuve que arrastrarla durante cinco minutos, entre Kroppanmarka y Okstad, porque el camino asciende a niveles que aún no estoy preparada. Pero igualmente me sentí estupenda. Sinceramente nunca me creí capaz de hacerlo. Demostración que los únicos límites que existen en la vida son los que se pone uno mismo. Acabé muy cansada y sudada, pero con una sensación de felicidad inmensa. 

Cambiando de tema, me llegó publicidad de viajes a Svalbard y a la Antártida con Hurtigruten hace pocos días. Se me caía la baba con las fotografías. Lástima que aún no me lo puedo costear.  Todo se andará algún día espero. Y como dicen, quién tiene un sueño encuentra el camino.  No obstante, estoy contenta porque hoy ha surgido, de forma espontánea, la posibilidad de un viaje en unos meses a un destino más popular, pero igualmente deseado. Os cuento más adelante cuando se concrete. Viajar y conocer mundo es una de las mejores terapias que hay.  Sin lugar a dudas.

Hasta la próxima y ut på tur, aldri sur.



martes, 4 de agosto de 2015

Cuatro días en Trondheim

Ahora sí o sí ha empezado la rutina. Pero tuve una visita la semana pasada de dos personas importantes para mí: mis amigas Marta y Gemma. Llenaron de sol Trondheim, literal y figurativamente. La vuelta ha sido más progresiva con ellas aquí. 



Hicimos muchas excursiones con los críos. En Theisendammen hizo un día de verano (noruego) total. 



Aquí un selfie soleado con mis dos amores



No faltó la tradicional visita a Ringvebukta y la Sponhuset, así como el precioso trayecto en tranvía hasta Lian.


Pasamos por el festival de la cerveza con un buen amigo y su hermano en el centro de la ciudad. Tomamos una cerveza de nueve grados. Más bien un chupito, pero la verdad es que estaba rica, curiosamente dulce.


E incluso fuimos a un torneo de caballeros (ridderturnering) A los niños les encantó. Lo vivieron mucho.


Y es que hace poco se celebró OlsokOlavfestagene en la ciudad. Muchos conciertos, ridderturnering, y un mercado medieval con actividades para los más pequeños. 



Muchas charlas, risas, confidencias...me di más cuenta aún de lo mucho que las echo de menos aquí. Pero hay amigos que siempre se llevan dentro estén donde estén. Se pueden contar con los dedos de una mano y ellas son dos (Petonets, noies! Els petits també us troben molt a faltar!)


Pero como todo pasa, llegó el turno de la despedida y estoy otra vez al pie del cañón. Los chicos han vuelto a la SFO y la barnehage.  Y aunque los quiero un montón, tener algunos ratillos sola también va bien.  Así que desde ya me tengo que espavilar para buscarme las habichuelas mientras ellos están en la escuela.

Hoy he empezado un nuevo curso de noruego (B2) Por suerte el noruego ya viene a mí y parece que lo olvidado está aquí de nuevo. Tengo como objetivo superar el bergentest durante el 2016 en cuanto me sienta preparada. No sé si aún lo voy a usar, pero me sirve como motivación para pasar de una vez por todas al noruego fluido. Además si en algún momento quiero estudiar algo en la NTNU tipo pedagogía o alguna asignatura de Derecho es necesario.

La semana que viene empiezo con una alumna en Spansk med Lidia y a finales de agosto con otra. Aún falta gente para regresar de las vacaciones, pero igualmente voy trabajando para que salgan más estudiantes. Si sabéis de alguien, no dudéis en compartirme  (gracias de antemano) Ah, y un sábado de estos estaré de nuevo ayudando en los cruceros. Así que, aunque no a toda velocidad, las cosas se van poniendo en marcha.

Aparte de esto, me propongo descubrir a fondo la naturaleza de la Trondheim, especialmente la zona de Bymarka,  a pie y en bici, como una auténtica noruega. Ya os contaré cómo va. Empezaré por lo fácil y luego ascenderé a rutas más complicadas progresivamente.

Hasta la próxima