Unos días de recargar pilas. Estuvieron mis suegros en casa durante ocho días. Y la verdad es que fue muy bonito y especial poder enseñarles el barrio y el estilo de vida que llevamos aquí, tan diferente del de Barcelona.
Tres de estos ocho días estuve en Basel. Conocí a mi nuevo sobrino y de paso cogimos más confianza con mi sobrina Silke. Siempre nos hemos visto con mucha gente alrededor. Y la verdad es que ésta ha sido una buena ocasión para estar juntas. Mi madre también estuvo allí. Así que paseos a la orilla del río, buen chocolate, cerveza belga cortesía de mi cuñado y una gran compañía hicieron de esta pequeña escapada una fuente de energía y de descanso a su vez.
Por otro lado, sigo con el curso de noruego, aprendiendo todo lo que puedo. El proyecto de orientación laboral continua, pero ya llego a las últimas semanas de éste. En breve, os cuento más. Asimismo, ya acabé los cursos de español con las señoras y ahora estoy en el ecuador de uno con una pareja muy maja.
Cambiando de tema, Trondheim ya se viste de Navidad total. Hasta los cartones de leche llevan un Papá Noel impreso. Este fin de semana iremos a casa de unos amigos y los chicos prepararán las famosas pepperkaker y los mayores beberemos gløgg. Aunque al parecer lo típico ahora es cocinar en casa hasta siete tipos de galletas. Para más información sobre el tema podéis pinchar aquí. He aquí una foto ilustrativa del supermercado con todos los tipos de galletas.
Por último, parece que la nieve no llega. La temperatura hace el tonto. Unos días estamos sobre cero y en cambio otros baja hasta tres grados negativos. Aunque la oscuridad ha llegado, no se puede decir que esté haciendo un frío de la época.
¡Hasta la próxima!